¡Hola gaticos!
Hoy os voy a contar una historia especial, la de la protectora Borguau que trabaja en Borja (Zaragoza) rescatando animales y encontrándoles un hogar. Su presidenta, Mar Outon, colabora con un grupo de personas muy entregadas al bienestar de los peludos, que ofrecen su tiempo para cuidarlos y encontrarles una familia.
Para los que somos callejeritos o abandonados, la labor de estas asociaciones y personas es muy importante, porque la vida en la calle no es nada agradable.
Esta protectora llevaba años funcionando como un grupo de personas dedicadas a sacar a los animales de la calle, pero “hace un par de años una chica quiso hacerlo más formal y habló con el ayuntamiento para que les cedieran unas instalaciones”, pero el proyecto “quedó en nada”.
Tras aparecer en la basura una camada de podencos con una semana de vida, “la veterinaria hizo un llamamiento y entramos gente en verano y retomamos todo”, ha recordado Mar, al detallar que el refugio “estaba a la mitad”.
Ahora han cumplido un año, con un refugio para perros, con capacidad para siete plazas, y ocho personas en el grupo que toma las decisiones y al que se suman voluntarios y numerosos donantes. Han aprendido a cuidar y tratar a los perros porque la mayoría “llegan con mucho miedo”.

Con los gatetes funcionan gracias a casas de acogida y tienen “mucha ilusión” de iniciar un proyecto de colonias felinas en Borja que, por cierto, es un pueblo muy cercano a mi Tierga natal.
“Intentamos redactar un proyecto para crear un refugio de gatos, porque pasan desapercibidos y a nadie le importan, pero es un problema muy serio”, ha advertido. El ayuntamiento se ha mostrado “muy receptivo, esperamos que con tiempo se haga algo”.
El año pasado no tuvieron casi gatos, pero en este verano, con la época de las camadas, están “sobrepasados”. “Tenemos seis en adopción ahora, pero llegó un momento que teníamos doce. Ha sido más trabajo para nosotros, pero se nota que la gente se preocupa”.
Como ejemplo, ha explicado que la primera gata que se adoptó a través de la protectora, Frida, se perdió hace unos meses y su casa pidió ayuda para localizarla. “En el pueblo todo el mundo se preocupó por Frida, nos llamaron de una finca a un par de kilómetros de su casa para decir que la habían visto y un montón de gente acudió a la finca” para tratar de encontrarla.
“Impacta la sensibilidad que demostraron por los animales, es bonito ver que la gente conecta muchísimo, que se genera un cambio en el pueblo”, ha subrayado Mar. Finalmente, Frida apareció en su casa y “fue lindo ver que la gente se preocupa y que entre todos podemos marcar una diferencia”.

De hecho, la protectora también ha dejado algunas huchas para conseguir fondos repartidas por el municipio y “se llenan”. “Si pedimos pienso enseguida tenemos, la gente se involucra de muchas maneras y siguen la historia de todos nuestros perros. Es bonito ver que estamos poco a poco presenciando un cambio tan fuerte” en la conciencia por el bienestar de los animales.
En la protectora colaboran desde personas jubiladas a jóvenes de 17 años, “gente de todos los colores”. “Es una lección muy grande ver que, a pesar de las diferencias, cuando hay algo en común surgen lazos y cariño” entre todos, ha afirmado Mar, para elogiar la entrega de todos ellos.
“Al final tratamos casos duros, abandonos, maltratos, se mueren algunos animales, pero es importante querernos y cuidarnos” para seguir trabajando en favor de los animales, ha concluido.
Si estáis en Borja o en las localidades cercanas podéis colaborar con esta protectora o ayudarles en la medida de vuestras posibilidades. Podréis encontrarles en su página en Facebook y en Instagram. Como tiergana, callejerita rescatada y feliz adoptante de dos humanos, os deseo toda la suerte del mundo, amigos de Borguau.